jueves, 4 de agosto de 2011

El limpiabotas que quiere ser gobernador


“Aquí todos me dicen gobernador porque ven en mi una mano amiga, los políticos y gobernantes deben ser más humildes y menos inalcanzables”

Arturo Rodríguez
En la entrada del municipio San Carlos, capital del estado Cojedes, se encuentra un largo boulevard rodeado de zapaterías, supermercados, licorerías y varias perfumerías pertenecientes a ciudadanos de origen chino, justo frente a un local de estos, está en la acera Carlos Antonio Rivas Pacheco, un personaje muy conocido y querido en la región.


El señor Carlos nació el 18 de Julio de 1.959 en San Carlos, sus padres son Nicolás Rivas  quien trabajaba como operador de maquinaria pesada y su madre Elena de Rivas una ama de casa dedicada de lleno a la formación de sus hijos.


Se ha casado en dos ocasiones, con su primera esposa tuvo su primer hijo y en su segundo matrimonio tuvo dos hijos más, también fue participe en la crianza de dos niños a los que aseguró querer y cuidar como si fueran propios.
Desde los 10 años Carlos Antonio se gana la vida limpiando zapatos, desde el primer día hasta la actualidad en la misma transitada calle que conecta al casco central de la ciudad. Cuenta que un día decidió mandar a hacer una caja de madera la cual le costó un bolívar y que utilizaría para transportar los diferentes cepillos, cremas, alcohol y otros elementos necesarios para la limpieza de zapatos, “decidí salir a la calle a trabajar porque nunca me ha gustado pedir dinero ni ningún otra cosa, todo lo que tengo es con mi esfuerzo“. Recuerda que en ese tiempo la limpieza la cobraba en un medio y la pulida tenía un valor de real y medio.


“En el hogar mi papá peleaba mucho con mi mamá, a los 15 años  me cansé y llevé engañada a mi madre al conscripto militar, le dije que me regalarían unos útiles y cuando llegamos a la oficina le dije la verdad, que firmara la autorización para así poder formar parte del cuartel, fue una forma de escape a lo que vivía en casa”.


Carlos Antonio también fue comerciante, viajaba un día por semana a Coche a vender patilla, melón y mango. Se desempeñó como funcionario de la policía estadal del estado Cojedes durante un año, y perteneció al servicio de inteligencia por lo tanto cumplía su labor vestido de civil. “En ese trabajo ganaba muy bien, 1.250 bolívares de los antiguos, lamentablemente me quisieron involucrar en un autorobo y decidí retirarme” asegura que en ese tiempo el policía era más respetuoso a la hora de solicitar documentos o cualquier otra actividad de rutina. Mientras Carlos contaba esto, sacó de su cartera la chapa policial para no dejar dudas de lo contado.


Carlos Antonio es llamado popularmente “gobernador”, esto debido a que en 2009 presentó su candidatura a la gobernación del estado Cojedes y obtuvo 6.600 votos, al preguntarle sobre el tema, confesó ser un amante de la política. “siempre he tenido contacto directo con el pueblo, por eso conozco las necesidades que padece”.


¿Como gobernador que le ofrecerías al pueblo?
Lo primero sería dotar de insumos a los hospitales, que no falte nada para poder salvar al ciudadano que acude a ellos, también más seguridad porque a pesar de ser un estado con bajo índice delictivo últimamente estos han ido incrementando, una pensión para los educadores jubilados y la entrega inmediata de los cheques que llegan al estado, que sean cancelados en su totalidad y no en partes.


Aquí todos me llaman gobernador, me cuentan sus problemas y hago lo que está a mi alcance para resolverlos. Yo creo en Dios, él es nuestro padre y todos aquí somos hermanos, necesitamos ayudarnos entre todos para poder crecer.
A pesar de trabajar desde muy niño, también dejaba espacio para jugar béisbol, bolas criollas y dominó.En el béisbol siempre fui magallanero y en el futbol soy de los pocos fieles fanáticos de la vinotinto de aquellos años en los que Venezuela era goleada, “el buen fanático está en las buenas pero también debe estar en las malas” expresó.


Se considera un amante de la buena música, su favorita son los clásicos de los ochenta, y para bailar le gusta una buena salsa. “soy una persona feliz, me tomo la vida con calma y disfruto de las bondades del día a día.


En cuanto a la comida no se considera un buen cocinero, pero una vez por semana visita un restaurant cercano en busca de un buen pabellón. Quien mucho trabaja, un buen gusto debe darse de vez en cuando. Carlos Antonio se despide de la entrevista no sin antes dejar un mensaje para la juventud cojedeña, “mantengan la humildad ante todas las cosas, y nunca olviden de donde vienen” con eso ganaran muchas cosas necesarias para vivir bien con quienes les rodean.


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